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¿Un bando?, cariño mío
Medea sonreía mirándolo, mientras
que con la yema de los dedos acaricia la comisura de sus labios limpiando la
sangre que brota de ellos, lentamente
conforme siente la punzada de dolor y placer por la mordida, deja escapar una
risa leve que va incrementándose con cada
trago que sale de ella, observa las gotas de sangre en sus dedos, degustándolos
mientras suspira divertida
-
Shhh….Calla
y bebe hasta la saciedad, pero hay algo que debes saber-sonríe cándidamente- Tengo la
mala costumbre de volver loco a los que me acompañan y aún más a los que
se atreven de beber de mi sangre. Pero un vampirote, malote…- Le guiña- como tú,… que toma todo lo
que quiere, ¡estoy segura! Ya lo sabias y estás dispuesto a pagar el precio ¿Verdad?
Le ofrece una muñeca, y luego la
otra, riendo cómplicemente al verlo, agitado e inusualmente quieto contemplarla,
para luego soltarla asustado, señalándola con una expresión de desesperación y disgusto.
-
¿Qué me has hecho Medea? – susurra, apenas
audiblemente, llevándose las manos al pecho, donde estaría su corazón.
-
Me ofendes, Kefren, la pregunta es ¿Qué te has
hecho tú?, Nunca bebiste de un Malkav
antes, tu corazoncillo y todo tu cuerpo va a recordar el dolor físico y mental
del pánico, pánico de sentir otra vez!, ¿tu corazón late?- sonríe, acercándose a
él, recostándolo en el suelo, mientras le acaricia la frente y desabotona la
camisa que viste, dejándole el torso al descubierto, para observar y seguir con
las palmas de las manos, el movimiento agitado de su pecho- Aunque no lo puedas creer, es solo una ilusión…
pero el dolor… sí que es muy real, ¿Delicioso
no es así?. Muero por saber qué cosas surcan tu mente en este estado… seamos
positivos cariño, es una catarsis vampírica, y sin dolor no hay cura.
Kefren,
intenta apartarla lejos de si con una mano y un con la otra, la aferra por la muñeca atrayéndola a él abrazándola con
desesperación.
-
Tu sangre, lo tenías planeado, tu mente no puede
planear. ¡No! No Medea, tu no.
-
No seas un vampiro Chauvinista Kefren, me conoces
y sabes que no planeado nada, es más divertido improvisar… pero obviamente, ser
loco no es sinónimo de incompetente mental…- se carcajea- bueno formal y humanamente
sí, pero somos vampiros, hijos de Caín… bueno ya no se de quien seremos hijos,
pero somos viciosos y malditos, ser Malkav es sinónimo de supervivencia, sabiduría
y corrupción, todo en el mismo coctel… cariño, solo haz probado lo dulce, inestable,
deliciosa, apetecible, caótica y peligrosamente imprevisible que soy…. Y obviamente,
mi vitae se ha fortalecido gracias al pobrecillo que tienes aletargado en el
centro de este oloroso recinto… tu tomas su sangre, y él me la ha ofrecido… y
en este mundo los detalles hacen la diferencia…
-
Que quieres
realmente... de que bando estas….
-
Quiero – se arrodilla al lado de Kefren, en el
suelo, tomándole con ambas manos las mejillas, acercando sus rostros, hasta
hablar en susurros- Quiero que seas un buen chico…y dejes de explotar cosas,
humanos, vampiros y hombres lobos, sin ton ni son… Si quieres ser malo… tienes
que ser puro… y no hay….- le sonríe, besándolo profundamente – no hay nada más
puro que el caos….- Sorprendido, la abraza con ambas manos, cerrando los ojos,
consumido por la locura intenta aferrarse a ella, buscando hundir los colmillos
en el cuello de ella, siendo arrojado con fuerza hacia la pared del recinto,
algunos trozos de la misma caen sobre él
y a sus pies.
-
Que bando – le pregunta recostándose sobre la
pared, mirándola con recelo caminar hacia él y limpiarle amorosamente los
restos de escombros de los cabellos.
-
Estoy del lado
del que injustamente llamas el ladrón de
almas, y cariño… lo cuidare y protegeré, como el padre enfermo y desvalido, que
nunca tuve…. Hasta donde se… tú has bebido de mi sangre… estas vulnerable y a
mi merced… dime Kefren…. – le acaricia el rostro, dándole un beso en la
mejilla- que sería de ti cariño si no fuese irremediablemente, caótica y no me gustaras tanto…. – ríe mirándolo- te daría
una mordidita, pero a diferencia de ti... soy romántica, esperare a que me lo
pidas…. Si me disculpas… mis voces me dicen que tengo que ir a limpiar lo
que has estado desordenando… te encargo
al abuelito… cuidado con lo que le haces… el me contara todo – Le guiña un ojo-
No dejare que nadie te haga daño cariño- Tu y toda tu maldad me la reservo para mí.


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