viernes, 28 de marzo de 2014

V for vendeta Medea



-          ¿Un bando?, cariño mío
Medea sonreía mirándolo, mientras que con la yema de los dedos acaricia la comisura de sus labios limpiando la sangre que brota de ellos,  lentamente conforme siente la punzada de dolor y placer por la mordida, deja escapar una risa leve que va incrementándose con cada  trago que sale de ella, observa las gotas de sangre en sus dedos, degustándolos mientras suspira divertida
-           Shhh….Calla y bebe hasta la saciedad, pero hay algo que debes saber-sonríe cándidamente-  Tengo la  mala costumbre de volver loco a los que me acompañan y aún más a los que se atreven de beber de mi sangre. Pero un vampirote,  malote…- Le guiña- como tú,… que toma todo lo que quiere, ¡estoy segura! Ya lo sabias y estás dispuesto a pagar el precio ¿Verdad?
Le ofrece una muñeca, y luego la otra, riendo cómplicemente al verlo, agitado e inusualmente quieto contemplarla, para luego soltarla asustado, señalándola con una expresión de  desesperación y disgusto.
-          ¿Qué me has hecho Medea? – susurra, apenas audiblemente, llevándose las manos al pecho, donde estaría  su corazón.
-          Me ofendes, Kefren, la pregunta es ¿Qué te has hecho tú?, Nunca bebiste de un  Malkav antes, tu corazoncillo y todo tu cuerpo va a recordar el dolor físico y mental del pánico, pánico de sentir otra vez!, ¿tu corazón late?- sonríe, acercándose a él, recostándolo en el suelo, mientras le acaricia la frente y desabotona la camisa que viste, dejándole el torso al descubierto, para observar y seguir con las palmas de las manos, el movimiento agitado de su pecho-  Aunque no lo puedas creer, es solo una ilusión… pero el dolor… sí que es muy real,  ¿Delicioso no es así?. Muero por saber qué cosas surcan tu mente en este estado… seamos positivos cariño, es una catarsis vampírica, y sin dolor no hay cura.
Kefren, intenta apartarla lejos de si con una mano y un con la otra, la aferra  por la muñeca atrayéndola a él abrazándola con desesperación.
-          Tu sangre, lo tenías planeado, tu mente no puede planear. ¡No! No Medea, tu no.
-          No seas un vampiro Chauvinista Kefren, me conoces y sabes que no planeado nada, es más divertido improvisar… pero obviamente, ser loco no es sinónimo de incompetente mental…- se carcajea- bueno formal y humanamente sí, pero somos vampiros, hijos de Caín… bueno ya no se de quien seremos hijos, pero somos viciosos y malditos, ser Malkav es sinónimo de supervivencia, sabiduría y corrupción, todo en el mismo coctel… cariño,    solo haz probado lo dulce, inestable, deliciosa, apetecible, caótica y peligrosamente imprevisible que soy…. Y obviamente, mi vitae se ha fortalecido gracias al pobrecillo que tienes aletargado en el centro de este oloroso recinto… tu tomas su sangre, y él me la ha ofrecido… y en este mundo los detalles hacen la diferencia…
-          Que quieres  realmente... de que bando estas….
-          Quiero – se arrodilla al lado de Kefren, en el suelo, tomándole con ambas manos las mejillas, acercando sus rostros, hasta hablar en susurros- Quiero que seas un buen chico…y dejes de explotar cosas, humanos, vampiros y hombres lobos, sin ton ni son… Si quieres ser malo… tienes que ser puro… y no hay….- le sonríe, besándolo profundamente – no hay nada más puro que el caos….- Sorprendido, la abraza con ambas manos, cerrando los ojos, consumido por la locura intenta aferrarse a ella, buscando hundir los colmillos en el cuello de ella, siendo arrojado con fuerza hacia la pared del recinto, algunos trozos de la misma caen  sobre él y a sus pies.
-          Que bando – le pregunta recostándose sobre la pared, mirándola con recelo caminar hacia él y limpiarle amorosamente los restos de escombros de los cabellos.
-          Estoy del lado del  que injustamente llamas el ladrón de almas, y cariño… lo cuidare y protegeré, como el padre enfermo y desvalido, que nunca tuve…. Hasta donde se… tú has bebido de mi sangre… estas vulnerable y a mi merced… dime Kefren…. – le acaricia el rostro, dándole un beso en la mejilla- que sería de ti cariño si no fuese irremediablemente, caótica y  no me gustaras tanto…. – ríe mirándolo- te daría una mordidita, pero a diferencia de ti... soy romántica, esperare a que me lo pidas…. Si me disculpas… mis voces me dicen que tengo que ir a limpiar lo que  has estado desordenando… te encargo al abuelito… cuidado con lo que le haces… el me contara todo – Le guiña un ojo- No dejare que nadie te haga daño cariño- Tu y toda tu maldad  me la reservo para mí.



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