miércoles, 19 de febrero de 2014

Cena con los Antiguos



Todo está preparado para la reunión con los Antiguos: la mesa puesta, la lámpara araña con las 100 velas encendidas, los ghouls voluntarios y las víctimas secuestradas de barrios marginales donde nadie echará en falta su ausencia.  Estos Antiguos son terriblemente tradicionales, piensa Julio Cesar, no aceptan los cambios tecnológicos.  Después de un siglo intentando introducir la luz eléctrica en las reuniones con los viejos, perdió la paciencia.  Se diría que temen que una simple bombilla pueda fundirles el cerebro.  Chochean.

- ¡Yoda! - Julio Cesar llama a gritos a su consejero -.  ¡Yoda!
- Se... señor...  ¿Está todo de su gusto? - el pequeño y apenas centenario Nosferatu se presenta ipsofacto.
- La cena hace demasiado jaleo.  Córtales la lengua a los que no tengan dueño.
- Sí, Alteza.

Mientras el consejero corre a cumplir la orden, la ghoul personal del Príncipe, Catherina, a quien su amo llama cariñosamente Kitten, deja las labores de decoración para caminar a su lado.

- Estás preciosa, ángel mío - huele profundamente su cabello -.  Esta noche tengo que hablar de un tema delicado y necesito que los Antiguos estén felices...  Ah, ¿a quien quiero engañar?  Esas momias amargadas son incapaces de disfrutar con nada.  Pero debo intentarlo.  Bailarás alrededor de la mesa para endulzarles con tu aroma.
- Como mandes, Sire.
- Pero no escondas tus encantos - y Julio Cesar desabrocha la túnica de la chica dejándola caer al suelo -.  Al natural estás mejor.
- Haré todo lo que sea preciso, Sire.
- Lo sé.

A medianoche llegan los invitados, parecen sacados de un baile de máscaras, y comienza la reunión mientras picotean el entremés, un muchacho muy joven, por sus tatuajes seguramente pertenece a alguna banda callejera.  O pertenecía más bien, porque los Antiguos están hambrientos y no tardan en dar cuenta de él.  Mientras se sirve el plato principal, uno de los Antiguos pregunta:

- ¿Y bien, Julio? ¿Para qué nos has reunido?

El Antiguo, a pesar de tener más de 10.000 años, parece un adolescente impertinente.  Se debió salvar por muy poco de la ley que condena la transformación de niños.  Según opinión personal  de Julio Cesar, transformarlos en la edad del pavo también debería ser delito.  ¡Y grave!!  Los vampiros que resultan son inaguantables.

- El Ladrón de Almas.
- No te entiendo.
- Imagino que no ves la televisión, mucho menos te conectarás a Internet, pero es noticia en todos los diarios desde hace semanas.
- ¡Ah, ya sé!  ¿Tanto escándalo por un antitribu?
- Es algo más que un simple vampiro - Julio iba a contestarle: "¿Acaso no sabes leer?" pero mejor callarse, los Antiguos suelen tener mala baba.
- Sabe hacer algunos trucos de magia pero no le veo mayor importancia.  No nos estropees la velada - y mientras dice esto, el Antiguo acaricia las nalgas de Kitten y le mordisquea la ingle para beber un poco, sólo un poco, no quiere ser descortés con su anfitrión aunque no le tenga en gran estima.



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