martes, 11 de febrero de 2014

Dia 2- MEDEA



“El Ladrón de Almas”
MEDEA
La última vez que el sol, acaricio su piel, también había sido un día soleado como aquel. A diferencia de la  ordenada vegetación del central Park que le rodea, aquella vez  Medea se hallaba exactamente en la misma posición, tumbada boca arriba, cubriéndose con el dorso  del brazo los ojos, espiando los rayos, tratando de ver sin quemarse la retina,  al sol brillar; se quedó  ahí, a la entrada del templo de Minerva  hasta que la puesta del sol, le permitió contemplar el orbe naranja a su gusto.
Pertenecer a la familia Bizanti, era una suerte, para cualquier miembro. Ser mujer  en su familia, le garantizaba poder ser entregada a cualquier gran portento militar a cambio de una alianza   conveniente que perpetuase la posición  y poder de su apellido familiar, que suerte y que responsabilidad tan grande para una chiquilla,- apartaos, apartaos de mí, temor, que no ha de pasar jamás- susurro haciendo ademanes con los brazos, hacia el sol.  Era obvio que ya se estaba haciendo vieja, 19 años y casadera, era toda una anormalidad, según las costumbres,  no podría lograr que sus futuros maridos la rechazasen eternamente.
Los conflictos políticos habían crecido tanto, la lucha y guerra civil había estallado, todos contra todos, hombres, contra hombres, que no importa que excentricidad revele, era demasiada atractiva para cualquiera que necesitara de dinero y apoyo político en esos días.
Ese día, recuerda con una sonrisa amarga en el rostro, Su padre había invitado a desayunar a un militar de tierras lejanas, misteriosamente, la había convocado a participar de la mesa, lo cual no era una costumbre para una mujer, no se extrañó en lo más mínimo, cuando la única comunicación que recibió fue, la orden de vestir, sentarse, comer y marcharse. Su padre estaba exhibiendo la mercancía que ya estaba vendida, el ya no permitiría, una charla previa, un encuentro casual con el futuro… la única opción, era desertar, y dejar atrás a todo y a todos. A donde iba  no necesitaría más que a ella misma. Y hecho a correr, con la túnica de gala y las sandalias en las manos, hasta que llego al lugar donde estaba su última opción.
Tengo los días contados maestro. Ni te imaginas quienes están tocando a las puertas de mi padre todas las noches, en cualquier momento me han de mandar llamar para marchar en caravana al palacete de mi nuevo dueño marido. Ud. no me ama, pero yo no dudo cuando le digo que amo más allá de mi misma la libertad  y el tiempo para disfrutarla. Aunque no te veo, te siento y te sigo… comparte conmigo algo más que tu sangre. Estoy Lista.
Los últimos rayos del sol morían y junto a la oscuridad apareció caminando desde detrás de la estatua de la diosa, la sombra de un hombre alto y macilento, una capa cubría su silueta y lo hacía ver amenazador, canturreaba una canción  mientras con la mano extendía, se acercaba a ella y le dejaba ver su rostro a la discípula. 
        Tan impaciente y curiosa  criatura eres Medea, y me temo que serás, perfecta, te has dejado consumir por la desesperación y la curiosidad, me has dado tu venia para tomarte, en más de un sentido. Tan desesperada estas Hija de los mortales que vienes a mí a entregarte cual ¿Inocente?, entiende que has cambiado una existencia mortal por una incertidumbre… que riesgo tan grande, es seguro que está loca. …  Entonces…Ven a mí.
        Maestro con todo respeto, en ningún sentido soy Inocente, te recuerdo que todo te lo he entregado, ni en mi mente existe algo que no hayas forzado, tal vez, maestro sea Ud quien subestima a los mortales, el motivo por el que espere hoy, es el mismo que el de mi padre… Hoy es el día de mi nacimiento. ¡De me un abrazo en congratulación!- carcajada- Voy  con Ud sin duda sin miedo.
        Estas Irremediablemente loca Medea.
        Es una afirmación retórica. Sí. Maestro.
Durante el día el parque perdía toda su serena belleza, los humanos, eran demasiados,  y lo plagaban todo, con sus mascotas, con sus niños y  sus problemas, los celulares, eran una maldición, cuantas veces  tenía que  contenerse para no seguir las conversaciones absurdas de todos. Piensa para sí misma Medea, mientras se incorpora y se cubre con un vestido suelto a modo de toga, descalza da una última mirada a su alrededor y camina hacia el algo, dispuesta a darse un último chapuzón, cuando  una voz profunda la interrumpe, no está segura si todos la pueden oír o solo está en su cabeza… es tan fuerte y clara que duda un instante.
        Venid a mí, mis fieles, os reclamo….
Completamente Inmóvil,  escucha a sus voces,… el mensaje es claro y todas le piden que marche pronto, ese algo la llamaba y seguro es que habrá oportunidad de ver y saber más de él.
        Venid a mí, mis fieles, os reclamo…..- Un  dolor intenso, acompaña las ultimas silabas de la petición, provocando una risa  burlona en ella.
        Bien, bien, que impaciente… allá voy – responde  mientras se cambia y se dirige hacia ella. No recuerdo el camino solo el olor, y me rehusó a sentirlo de nuevo… tendrás que guiarme.
Minutos más tarde, se encuentra en el interior de las cloacas, caminando en línea recta, una tenue luz  la guía, quizás ahora alucine visualmente, pensaba y se burlaba, sin detenerse. Unas  voces,  lejanas, captan sus atención. Se había adentrado tanto, que era imposible que fueses seres ordinarios, sonríe y oculta en las sombras, acompaña al trio más inverosímil que había visto en su vida.
- Y tú que pensabas que el ladrón de cuerpos era lo más interesante de estos lares…. Estos tres están por encima de las expectativas…- Que hace ese humano, aquí en New York…, un hombre lobo castiiiiiiiiiisimo – jajajaja- y ¿Jenofonte?, en las cloacas…. ¡JUNTOS!  Y de la mano, cantando la ronda juntos hacia la boca del lobo….. – Oh Jenofonte…. ¿Julio Cesar sabe de tus métodos?, será que ahora adopta el pensamiento Maquiavélico…. No…. Esto huele  mal… esto apesta!..... Oh… estarán tan… muertos….
No tuvo necesidad de seguir a las luces, de su visión, se dedicó a seguirlos, a escuchar su conversación y acercarse tanto y tan poco, que casi podía tocarlos y de pronto estaban en las puertas de roble, y todo su cuerpo y mente se llenó de  Ansiedad, no podía esperar por el desenlace, casi era toxico, el aura que dejaba escapar, si no fuese por la presencia  del tremeré, ya la habrían sentido. Todo fue instantáneo, de pronto el Garou, percibió su esencia,- ups, lo saturé- se descontrolo y en su lugar estaba un Crinos imponente y furioso que sin dudarlo se lanzó hacia donde  el tremeré descansaba; Kefren, sin  inmutarse sonríe al notar su presencia y ver lo que había provocado.
Maestro... No sabía que hubiéramos pedido comida a domicilio.
Los aplausos del ser, no se hacen esperar. Celebran la broma, sin preocupación, como era evidente, ellos 3 fueron tomados por sorpresas y están bajo el influjo del tremeré que los vio venir primero… Ingenuos – pensó y aun oculta en las sombras, observa  el desfallecimiento del Crinos, la catatonia de Jenofonte y el desamparo de Tanayri. Era más de lo que podía soportar…  dejándose llevar por la risa descubre su presencia y de un salto se desprende y de las arañas del techo y cae a los pies de Kefren, cargando a la humana desfallecida a sus pies, la coloca en brazos de este sonriéndole.
-          Te agradeceré que no escojas  a más de los míos, para tus experimentos… y que tampoco hagas  a mas… me dedico a la caridad pero a este paso no podre mantener a todos. – ríe.
Dirige sus pasos hacia la presencia del otro Tremeré, al que Kefren llama Maestro, y lentamente,  hace una reverencia hacia su presencia.
-          Te escuche  ¿Hijo? de Caín,  me has llamado, y veo que no es porque necesites mi ayuda – hecha un vistazo al hombre lobo desmayado en el suelo, al nosferatu, inmóvil y al cazador de rodillas en shock – Dime…. Acaso necesitas que me encargue de limpiar tu guarida?… oh…. Entiendo… ¿A él también lo necesitas?... es bueno que no te dejes guiar por las apariencias…. Hare lo que me pidas, solo tengo 3 favores que requiero me permitas…
1.       Yo me quedo con el Humano… es uno de los míos… dame tiempo de saludar a un viejo conocido…
2.       Al lobo…. Regálamelo…. por favor…. Hace mucho que no tengo nada ni remotamente interesante con que jugar.
3.       Y sobre Jenofonte permíteme dar una recomendación, un antiguo como yo… está por encima de los problemas presentes, permite que cruce palabras con el… hace siglos que no me encuentro con uno como yo. No podre convencerle pero obtendrás lo que quieres.

Luego señor enigma, intentare escuchar solo lo que tengas que decirme. – carcajada.


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