martes, 25 de febrero de 2014

El amargo sabor del amor



 Luz de luna, luz de día, fuego interior ¿es que todo gira entorno a la luz?

Cuando las vidas se extinguen, se apagan llamas, cuando se crea vida, surge una chispa; cuando alguien se enamora, arde la pasión…. pero cuando alguien es asesinado… mmm que delicia las chispas humanas que son caricias extinguidas. Voces efímeras que sólo son como el ver prenderse bengalas en la noche… con qué facilidad se encienden, con qué facilidad se apagan ¿y para un milenario? Buf ¿qué son sólo bengalas?

Ciertamente puedo oler los aromas de los milenarios antiguos, y ciertamente ¿no soy yo uno de ellos? Un vampiro que lleva bastante entre ellos, y me da tristeza que yo no sea invitado a su aburrida partida.

Visto mis más extravagantes prendas ¿para impresionar? Nah, basta mi presencia no requerida, simplemente es para darme el gusto de lucir excelso. Mi verdadero placer será ver la cara del torpe y protocolario y aburrido Julio César. ¿Qué sería mejor? Convencerle emocionalmente de besarme frente a Audy para que vea el error que cometió al rechazar mi oferta? ¿O simplemente sonreír y mirar la molesta desaprobación de todos a su inexplicable reunión?

Sorpresa, sorpresa… mi bloqueo mental puede evitar incluso la abrupta y molesta presencia de los antiguos. No pueden invadir mi mente aunque no necesariamente son un blanco fácil, sobre todo ese Marco Antonio y el orgulloso Julio César… vampiros aburridos que aman a los humanos ¿y si les sorprendo bestialmente? Podrían pasar toda su existencia intentando odiarme… pero que diablos… es mejor una buena excusa para sonreír por un pequeño pecadillo que pasar absorto y sin pena ni gloria como ellos; simplemente ocultándose.

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Kitten camina tranquila por la casa de Julio César mientras acomoda unas flores. Su dulce aroma y su gentil presencia abarcan todo el lugar. Un encanto para quien fuere, un placer y deleite para los ojos de cualquier vampiro. Esa llama, esa chispa, todo en ese bengala.

- ¿Señor?- la Joven Gohul esperaba a Julio César- ¿es usted amo?

- Que encanto- Kefren entraba abruptamente por la ventana mientras de pronto una de las cristalerías se hacía añicos y el viento helado entraba con fuerza en la sala apagando  las velas y revolvía ropajes y cabellos

- ¿Quién?- Kitten quedaba muda, como si su mente no tuviese el mismo control. Sus labios se callaban mientras podía sentir la mirada fría en su cuerpo. Es como si la violasen con la mirada pero la matasen y reviviesen solo para volverla a ultrajar. No era ella misma esta noche y quizás eso no era lo importante-

- Que interesantes pensamientos- Kefren lamía la mejilla de la chica- ¿No quieres mostrarme qué es lo que tanto gusta a Julio César de vos?- Kitten se limitaba a mirar aterrada al vampiro. Sin duda sabía que era un ser extraordinario que era más terrible de lo que aparentaba- ¿serán tus hermosos y genuinos ojos? ¿O serán esas firmes piernas?- Kefren miraba el pecho agitado de la chica mientras ella emitía un ligero sollozo-

- Por… por favor no

- Ah ya sé… es esa juventud tan increíble.. ¿acaso te ha prometido la vida eterna en un futuro? ¿espera a que seas mucho más madura y estés en tu punto sexual más alto? Ese Julio César es sin duda todo un caballero- Kefren se colocaba frente a la chica- ya sé… es este hermoso corazón lleno de carisma lo que lo ha atrapado, pero yo no entiendo porqué- Kefren introducía su mano firmemente en el pecho de la chica y le arrancaba el corazón- ay no.. ¿qué he hecho?- reía- yo no soy como Julio César, donde él solo encuentra belleza yo solo veo músculos y sangre… el romanticismo no es lo mío

Kefren reía con cinismo mientras levantaba sus manos y tejía una red de energía  con sus dedos

- Mi dulce marioneta- comenzaba a mover sus dedos como si se tratase de una danza. El cuerpo de Kitten se movía violentamente como si bailase poseía y sin control- bueno, bueno… que comience la fiesta verdadera

Julio César sentía una brisa que recorría su cuerpo. No era usual que su cuerpo sintiese corrientes de aire ordinarias. ¿Qué era esta sensación?

- ¿Qué sucede Julio?- Alankar miraba a Julio César quedarse helado- 

- Alankar… ¿Tú has hablado? No lo habéis hecho en unos cien años

- Ese individuo está aquí… ¿Acaso lo has invitado para darme molestias? ¿A eso he venido? ¿a que me insultaras?

- ¿Qué?- Julio miraba a Kitten caminar extraño, puesto que sus hermosas piernas daban un paso al mismo tiempo y no era lógico que se mantuviese erguida- ¿Kitten?

- Su mano- Alankar se sentaba molesta mientras señalaba un corazón que se movía de forma fresca entre las manos de la chica-

- ¿Ki…?- Julio César sentía una rabia inexorable mientras veía el cuerpo de la chica caer sin vida frente a sus ojos-

- ¡Ya he llegado!- Kefren estaba sentado en la silla contigua a Alankar mientras se servía una copa de vino- me excuso por la entrada tan repentina, mi hermoso Julio, pero, mmm no recuerdo que me hayas invitado a esta reunioncilla de viejos amigos

- Kitten- Julio César miraba a su Gohul derramar sangre sobre el suelo del lugar-

- Ya te encontrarás una más fresca y hermosa… no era más que una simple humana- Kefren bebía de la copa mientras miraba de reojo a Medea y Audy- hola mis queridos colegas ¿me extrañaron?- Kefren guiñaba el ojo mientras saboreaba el vino como si se tratase de una exquisita y espesa sangre pura y deliciosa. Todos los antiguos lo miraban sin mirarlo y sentían la vibración de su anfitrión sufrir la pérdida de su joven Gohul- ¿porqué esas caras largas? ¿no es esta una celebración?- sonreía mientras miraba retador a Julio César





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