-¿Qué ha pasado que vienes con tan mal aspecto?, sin embargo
te noto diferente, como mas fuerte, o algo así, le preguntó Rufo en cuando
Jenofonte llegó a casa.
-Me he encontrado con un montón de gente, no había estado
tan social desde hace mucho tiempo. Primero un cazador, buen aspecto, además es
de esos que creen estar locos por que escuchan voces, no saben apreciar lo que
tienen. Después un lobo, casualmente, que busca la muerte intentando encontrar
una venganza, las venganzas siempre acaban destruyéndonos mas a nosotros que a
nuestros enemigos. Después a Kefrén, si, a ese viejo buitre, con un tal Ancel,
que se ha empeñado en intentar convencerme para que conociera al ladrón de
almas pero imposible sacarle algo en claro, además de que precisamente yo ya
tenía interés en esa entrevista. Hubiese preferido conversar con Medea, tiene
mas elegancia a la hora de conversar, dicen que está loca, pero quien no lo
está a su manera.
-No me digas que has conocido al ladrón de almas.
-Así es, un antiguo es lo que es, diferente porque me ha
hecho unas propuestas a priori interesantes, pero creo que algo me ha ocultado.
-¿Y que quería de ti?
Un pacto, al final eso se ha ganado, un pacto conmigo.
Espero que mis acompañantes se encuentren bien, algo me dice que si, aunque sea
extraño.
-¿Qué clase de pacto?, eso puede ser peligroso, piensa en
Julio Cesar, quizás no le haga gracia que hagas pactos con alguien que desafía
su autoridad de esa manera.
-Ayudarle de alguna forma a recuperar el sol para los
vampiros, lo que no me parece mal pues eliminaría una de nuestras mayores
debilidades, no es que ahora vaya a salir un domingo a comer en el campo a mediodía,
pero evitaría el riesgo de quedar reducido a cenizas si surgiese algún inconveniente.
No ha sido muy claro, y ese pacto sólo me ata mientras los medios para lograrlo
sean honestos. Este Julio Cesar tiene demasiado orgullo para mi gusto.
-Hablando de Julio César, ha llegado un mensajero suyo con
una carta para ti, aquí la tienes.
-Vaya, me invita a una reunión de momias, los antiguos que
se suelen reunir en esas fiestas suelen ser sacos de vicios, huelen peor que el
lugar del que vengo, pero tendré que ir, dice que necesita un aliado a su lado,
muy optimista le veo, nunca hemos sido amigos y mucho menos aliados, le respeto
por lo que es pero poco mas. Veré que quiere y ya tomaré una decisión.
-Pero no puedes estar con él si ya tienes un pacto con el
ladrón.
-No estaré con ninguno de los dos, sólo respondo de mi
palabra dada, siempre que él cumpla con su parte del pacto, y sólo sirvo a la
verdad, la justicia y la belleza, no la de mi cuerpo si no la del alma. Voy a
darme una buena ducha que me libere de este olor y marcharé a esa fiesta.
Una hora mas tarde…
-Si que me ha costado quitarme este olor, pero ya está
hecho. Acércame esa chaqueta que me voy volando. Quizás me lleve una linterna,
esos antiguos se han quedado en la edad de piedra, que forma de desperdiciar
todo este tiempo que su condición les ha regalado. ¿Dónde dejaste las llaves
del coche?
-Las tengo yo, ten, por cierto, le has hecho otra
abolladura, a ver si aprendes a conducir como un vampiro normal.
-No querrás que ese trasto tenga mejor aspecto que yo. Hasta
luego, busca información sobre la historia de Cain y Abel, todo lo que se salga
de la habitual leyenda, he visto un tapiz que me ha llamado la atención sobre
la maldición sobre Cain tras matar a Abel, mira también si encuentras algo
sobre ese tapiz, y ahora me voy que llego tarde.
-Hasta luego, yo me quedaré aquí tranquilamente trabajando
mientras tu pones todo tu esfuerzo y empeño en otra fiesta, no te canses.
Siempre salía de buen humor de casa, un gran vampiro este Rufo.
No está lejos el lugar de la fiesta, este coche va mejor ahora, se ve que le
sientan bien las cicatrices, como a su dueño. Ahí debe de ser.
-Maestro Jenofonte, bienvenido a la fiesta, es un honor
tenerle aquí.
-Ya, pequeño Yoda, búscate un trabajo decente entre los que
son como tu y deja este sitio, los Nosferatu tenemos algo llamado orgullo de
clase, los demás no son tan civilizados como nosotros y es algo de debes
aprender si pretendes ser alguien. Veo que están todos.
-Todos no, mestro, han faltado varios antiguos importantes.
-Yo se lo que me digo. Ahora apártate y déjame entrar de una
vez.
-Perdón, dijo Yoda apartándose con rapidez.
Veamos quien anda por ahí, pero sin llamar mucho la
atención, por ahí veo al vampiro que me dio tanto dolor de cabeza, Ancel se
llama si no recuerdo mal, mejor no acercarme no sea que tenga ganas de entablar
conversación. Como me temía velas, y van vestidos como si fuesen carnavales. Al
final si voy a llamar la atención, soy de los pocos que van vestidos con
normalidad. Claro que andan muy ocupados sirviendo a sus amos, los vicios que
les dominan desde que eran humanos, y se creen poderosos, quien vence a los
demás es fuerte, quien se vence a si mismo es poderoso. La tentación de
alimentarme aquí es fuerte, pero la repugnancia por las malas formas me alivia
la presión, parece la versión vampírica de un Burguer King. Algunos de los que
van a morir como alimento son mejores que ellos y ni siquiera se dan cuenta.
- ¿Y bien, Julio? ¿Para qué nos has reunido?, pregunta uno de los invitados, señal de que empieza lo serio, es hora de acercarme mas y escuchar.
- El Ladrón de Almas.
- No te entiendo.
- Imagino que no ves la televisión, mucho menos te conectarás a Internet, pero es noticia en todos los diarios desde hace semanas.
- ¡Ah, ya sé! ¿Tanto escándalo por un antitribu?
- No te entiendo.
- Imagino que no ves la televisión, mucho menos te conectarás a Internet, pero es noticia en todos los diarios desde hace semanas.
- ¡Ah, ya sé! ¿Tanto escándalo por un antitribu?
Antitribu, hay algunos que en lugar de aumentar su
inteligencia con los años aumenta su estupidez, no entiendo como han
sobrevivido tanto tiempo.
- Es algo más que un simple vampiro, contestó Julio Cesar.
Alguien que si sabe o intuye lo que hay en la ciudad, tendrá
muchos defectos pero en materia de guerra es de lo mejor, un gran estratega y
huele el peligro a mucha distancia.
- Sabe hacer algunos trucos de magia pero no le veo mayor
importancia. No nos estropees la velada - y mientras dice esto, el Antiguo
acaricia las nalgas de Kitten y le mordisquea la ingle para beber un poco, sólo
un poco, no quiere ser descortés con su anfitrión aunque no le tenga en gran
estima.
Este no va a durar mucho mas si sigue anclado en su soberbia.
Llega Medea, al fin un vampiro serio, un poco loca, si, pero no tanto como
creen, al igual que los humanos identifican la locura con lo que son incapaces
de comprender. Escucha voces, pero todas son reales, aunque la suya es sólo
una, con poder para dominar a todas las otras, como el anillo único. Julio ha
salido a saludarla, no se si tanto por ella como por dejar claro quien manda aquí
en la reunión. Que extrañó, cuando se han cogido de las manos él la ha mirado
de una forma extraña, como si captase algo, será mejor que me acerque y le
distraiga un poco.
-Hola, Julio, una fiesta brillante, aunque un poco oscura en
realidad, ¿no pagas las facturas de la luz?, dejad que agarre vuestras sedosas
manos, bueno, sedosas las suyas, las tuyas un poco ásperas, te veo intranquilo,
¿sucede algo además de tener en casa a tan selectos invitados y a un ladrón
lejos de la mano de la justicia?
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