jueves, 27 de febrero de 2014

Waiting Jenofonte

 El ladron de Almas
Noche 02
MEDEA



La noche a caído, los mortales se reúnen en grupos y hacen colas para disfrutar de los diversos espectáculos que la ciudad ofrece, detrás del cubículo un hombre fornido vestido de impecable sastre y con gafas  oscuras a pesar de ser de noche, reparte los tickets a las personas que entraran a disfrutar de la función, su ama se ha marchado a una reunión importante y “personal”, con esa palabra le gustaba denominar a los asuntos que involucraban a los hijos de Caín y su ama, como era su costumbre, ella avisa cuando se marcha, nunca si volverá, su corazón se mantenía ansioso, y sus sentidos alerta ante cualquier cambio en el ambiente que pudiese delatar un apuro y su llamado, en los años que llevaba junto a ella, solo contadas veces le había convocado, parte de el anhelaba, esa llamada, parte de él,  aborrecía los términos de sus encuentros y de su lealtad hacia ella. El día de hoy, el aire tenía una carga  especial, casi eléctrica, dentro de sí, muy a su pesar, temía a la posibilidad de que pudiese desaparecer de su vida y finalizar su existencia inmortal,  la apreciaba, pero ninguno de los dos podía nunca aceptar libremente esa opción, hay dogmas  y poderes más fuertes que obligaban  ocultar en el interior de su mente y corazón, la  aberración de tal sentimiento, y como ella siempre decía,  “pase lo que pase, la función siempre debe continuar”, excéntrica solo como podía ser ella, había elaborado un testamento, que le hacía dueño de todos sus bienes, en especial ese horroroso teatro, así como la póliza  de vida, solo para que cuando ella desapareciese, la policía investigase y lo sindique como posible perpetrador, era lo sabía la forma de decirle, que a pesar de todo, no olvidaba el origen de su unión.  – A pesar de sus milenios, tonta y loca -  dejo a sus pensamientos hacerse audibles, La noche  avanzaba y ella apareció, caminando  despreocupadamente, saludando a los que la reconocían a lo largo de la filas, a unos minutos de la función, como siempre, el corazón se tranquilizó y su sangre volvía a correr más lento por sus venas, volvía a abandonar el estado de alerta, mientras, dejaba la taquilla y se apresuraba a abrirle la puerta y recibirla con una venia. – Ama, bienvenida, esta ud viva y entera- la saludo esperando que respondiese alguna cosa, que luego él tendría que pasar horas tratando de descifrar que es lo que realmente quería decir o  pudiese necesitar. – Quizás  no por mucho tiempo mi querido Eugene, si tienes suerte pronto serás dueño de todo… todo lo que es mío, un premio consuelo interesante – ella reía despreocupada, al decirlo, acercándose a él, y ahí está, esa manía suya de  besarlo así, cuando no podía responder adecuadamente a esas ligerezas de su parte – Hoy no actuare en la función, tengo un invitado, vendrá disfrazado probablemente, gabardina, sombrero, lentes… ¿Captas?, es un amigo “personal”… déjalo subir, sin hacer preguntas… su nombre es Jenofonte.- termino de ordenarle, siguiendo el camino hacia lo alto de la torre, antes de perderse de su vista completamente, gira y le sonríe – Si logro regresar otra vez, de esta aventura, espérame con un buen fuego, una copa de vino y un trozo de carne generosa en mis aposentos, no habrá necesidad de usar las cadenas ¿Verdad? – ríe desapareciendo en la oscuridad.

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