Noche 02
MEDEA
La noche a caído, los mortales se
reúnen en grupos y hacen colas para disfrutar de los diversos espectáculos que
la ciudad ofrece, detrás del cubículo un hombre fornido vestido de impecable
sastre y con gafas oscuras a pesar de
ser de noche, reparte los tickets a las personas que entraran a disfrutar de la
función, su ama se ha marchado a una reunión importante y “personal”, con esa
palabra le gustaba denominar a los asuntos que involucraban a los hijos de Caín
y su ama, como era su costumbre, ella avisa cuando se marcha, nunca si volverá,
su corazón se mantenía ansioso, y sus sentidos alerta ante cualquier cambio en
el ambiente que pudiese delatar un apuro y su llamado, en los años que llevaba
junto a ella, solo contadas veces le había convocado, parte de el anhelaba, esa
llamada, parte de él, aborrecía los términos
de sus encuentros y de su lealtad hacia ella. El día de hoy, el aire tenía una
carga especial, casi eléctrica, dentro
de sí, muy a su pesar, temía a la posibilidad de que pudiese desaparecer de su
vida y finalizar su existencia inmortal, la apreciaba, pero ninguno de los dos podía nunca
aceptar libremente esa opción, hay dogmas
y poderes más fuertes que obligaban
ocultar en el interior de su mente y corazón, la aberración de tal sentimiento, y como ella
siempre decía, “pase lo que pase, la función
siempre debe continuar”, excéntrica solo como podía ser ella, había elaborado
un testamento, que le hacía dueño de todos sus bienes, en especial ese horroroso
teatro, así como la póliza de vida, solo
para que cuando ella desapareciese, la policía investigase y lo sindique como
posible perpetrador, era lo sabía la forma de decirle, que a pesar de todo, no
olvidaba el origen de su unión. – A pesar
de sus milenios, tonta y loca - dejo a
sus pensamientos hacerse audibles, La noche
avanzaba y ella apareció, caminando despreocupadamente, saludando a los que la reconocían
a lo largo de la filas, a unos minutos de la función, como siempre, el corazón se
tranquilizó y su sangre volvía a correr más lento por sus venas, volvía a
abandonar el estado de alerta, mientras, dejaba la taquilla y se apresuraba a
abrirle la puerta y recibirla con una venia. – Ama, bienvenida, esta ud viva y
entera- la saludo esperando que respondiese alguna cosa, que luego él tendría que
pasar horas tratando de descifrar que es lo que realmente quería decir o pudiese necesitar. – Quizás no por mucho tiempo mi querido Eugene, si
tienes suerte pronto serás dueño de todo… todo lo que es mío, un premio
consuelo interesante – ella reía despreocupada, al decirlo, acercándose a él, y
ahí está, esa manía suya de besarlo así,
cuando no podía responder adecuadamente a esas ligerezas de su parte – Hoy no
actuare en la función, tengo un invitado, vendrá disfrazado probablemente,
gabardina, sombrero, lentes… ¿Captas?, es un amigo “personal”… déjalo subir,
sin hacer preguntas… su nombre es Jenofonte.- termino de ordenarle, siguiendo
el camino hacia lo alto de la torre, antes de perderse de su vista completamente,
gira y le sonríe – Si logro regresar otra vez, de esta aventura, espérame con
un buen fuego, una copa de vino y un trozo de carne generosa en mis aposentos,
no habrá necesidad de usar las cadenas ¿Verdad? – ríe desapareciendo en la
oscuridad.

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