viernes, 21 de marzo de 2014



Puede  que no me gustase, pero no se podía decir que fuese con engaños, no se esforzaba en ocultar nada de lo perverso que es, había otros peores que él, aquellos en los que uno confiaba equivocadamente. Zacarías había muerto, que ilusos esos vampiros que se creen inmortales, cuando sólo lo mortal puede morir. Ahora su camino es otro, el camino que todos debemos seguir. Cuando todo esto acabase haría las honras fúnebres que le son debidas, pero ahora no hay tiempo, Tenairy me espera cerca y de he ver que es lo que Zacarías me había introducido en el bolsillo antes de morir. Kefrén ya ha abandonado la escena, seguramente tiene otras víctimas  a las que atormentar esta noche, mejor, así podré seguir mi camino. Y el tapiz, un rompecabezas dentro de otro rompecabezas.  Hubiese sido bueno consultar unos libros, pero ahora sólo eran cenizas, otra estúpida afrenta de Kefrén.
Mientras mi mente se entretenía con esos razonamientos mis piernas me llevaban rápidamente donde me esperaba Tenairy, debíamos abandonar rápidamente el lugar antes de que curiosos, la policía o los bomberos nos encontrasen allí. La Nota, debía leerla cuanto antes.
Imposible de leer, es egipcio muy antiguo, aunque hay escrito “Garou Larissa” en el margen, una pista y un lugar más que visitar esta noche, se me acumula el trabajo, iremos los dos.
Abrí la puerta y me los encontré a los dos, Tenairy acompañada por Jador, no me esperaba encontrármelo allí, pero sin duda era una suerte, pues nos vendría muy bien para reunirnos con Larissa.
-Es un placer volver a veros, salgamos de aquí antes de que nos vea alguien, Jador, necesitamos urgentemente reunirnos con Larissa.

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